La eterna espera

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jueves, 4 de septiembre de 2014

La incombustible sirena de Bacares




                               Reportaje gráfico: Ricardo García


                                         
A sus 85 años de edad, María Aguirre Zaguirre, nadadora del Club Bahía de Almería, sigue batiendo récords nacionales y autonómicos en la piscina


Francisco G. Luque / Bacares

Vitalidad e ilusión. Estas son las dos cosas que una persona aprecia al instante en cuanto tiene la oportunidad de entablar una conversación con María Aguirre Zaguirre, nadadora del Natación Club Bahía de Almería que, a sus 85 años edad, sigue batiendo récords nacionales y autonómicos en la piscina. Hace menos de dos semanas, se proclamó, nuevamente, campeona de Andalucía en tierras malagueñas en su categoría (+85) y además logró el récord de España en las modalidades de 50 y 100 espalda. Nacida en la localidad almeriense de Bacares, la incombustible María cuenta ya con más de un centenar de medallas y trofeos desde que comenzó a competir en el año 2007, aunque lleva practicando la natación desde hace unos 30 años.    

“Me operaron de una hernia de disco y el médico me recomendó practicar este deporte. Iba a la antigua piscina de Las Almadrabillas y noté con el paso del tiempo que me estaba sentando muy bien practicarlo. Me ayudó mucho. Además, no quería ser una carga, ya tuve a mi marido enfermo y no quería que mi familia sufriese al verme mala, en la casa, por eso me puse a nadar. Un día Adrián, presidente del Bahía de Almería, me vio nadar y me propuso competir, desde entonces encuentro tantísimo cariño por parte de todo el mundo que me anima a seguir”,  comenta María, que abrió las puertas de su acogedora casa de Bacares a Diario de Almería.




La bacareña, como acostumbra cada verano, pasa unos días en su localidad natal, aunque admite que “se echa mucho de menos la piscina, estoy deseando volver a Almería”. Y es que desde que se lanzó por primera vez al agua, siempre se ha sentido muy a gusto, tanto en los entrenamientos que realiza diariamente, cuando está en Almería, como en los distintos campeonatos a los que ha viajado. Asegura, entre risas, que no le gustan mucho los viajes, pero “es muy gratificante el cariño que recibo de la gente allí donde voy. Cuando termino cada prueba la gente se levanta y me aplaude. Como soy la abuela, me adoran”. 


María Aguirre, que llegó a la natación casi por casualidad, por un problema de salud, se ha convertido a base de mucho esfuerzo y fuerza de voluntad en todo un referente para los nadadores almerienses, andaluces y nacionales, siendo una de las competidoras más longevas de España. Adrián García, presidente del Natación Club Bahía de Almería, reconocía a este diario que “lo que más caracteriza a María es su vitalidad. Disfruta más que los niños. Es un claro ejemplo de que nunca es tarde y le llena mucho sentirse arropada. A pesar de su edad, es muy atrevida a la hora de competir, tiene un espíritu envidiable”. Así es María. 50 y 100 espalda, 50 braza, 50 y 100 cross o relevos. No hay nada que se le resista. “Intentamos hacer que compita como mucho en los 100 libres, pero si se propone hacer los 200 estoy seguro de que los haría”, admite García.



A pesar de que sus hijos y algunos de sus nietos se han decantado más por el tenis, la incombustible sirena de Bacares tiene claro que “la piscina da salud”. Suele dar consejos a los más pequeños, les anima a practicar el que ella considera que es “el mejor deporte que se puede hacer”, ese que le ha dado tantos buenos momentos, tantas experiencias, tantas amistades con el paso de los años y que ha despertado su espíritu más luchador, pero sobre todo, la natación es un deporte que le ha mejorado la vida. Desde que compite ha tenido alguna caída que otra, ha sufrido lesiones, pero siempre ha vuelto a levantarse y nunca ha abandonado la natación. Hace 85 años la Sierra de Los Filabres vio nacer, entre cumbres y gélidos aires, a María. Ahora es el agua de las piscinas la que observa como le sonríe Aguirre a la vida.


En Almería en invierno y al pueblo en verano

María nació un 31 de mayo de 1929, en Bacares, aunque muy pronto se marchó a la capital porque su padre encontró trabajo en la fábrica de jabón. Vivía con su familia en invierno en la calle Alcalde Muñoz, pero regresaba cada verano a la localidad del Alto Almanzora que la vio nacer, donde estaba al cuidado de su tío, del que surgió el mote de ‘los cañetes’, que acompaña a su familia desde hace décadas. Según cuenta la nadadora, dicho apodo se debe a que “mi tío era un hombre muy guapo y un día alguien le dijo que se parecía a un general que se llamaba Cañete y desde entonces nos quedamos con ese nombre toda la familia”. Con 21 años de edad, María se casó en Tarrasa con Luis Torres, ya fallecido, con el que tuvo siete hijos. Ahora es abuela de quince nietos. 

REPORTAJE PUBLICADO EL JUEVES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2014 EN DIARIO DE ALMERÍA