La eterna espera

La eterna espera

sábado, 12 de marzo de 2011

Cuando la ilusión despierta el empeño

A sus 26 años, el marroquí Radu sigue buscando su oportunidad para triunfar en el fútbol español


“Lo que está pasando actualmente en los países árabes me parece muy bien. La gente quiere mejorar y eso es bueno”, comenta Radu sobre los acontecimientos que se están viviendo en países como Egipto, Túnez o Libia. Y es que este joven de 26 años de edad sabe muy bien lo que es luchar por un futuro mejor, por una vida con la que se lleva soñando desde la infancia. Nacido el 21 de julio de 1984 en la ciudad de Rabat, en el humilde barrio de Akkari, Radouan Berrichi, más conocido como Radu, dejó Marruecos para comenzar en España una aventura en busca de triunfar en el fútbol español.




Su ilusión por forjarse un camino profesional en el mundo del balompié le trajo hasta Almería, tierra en la que ha destacado en equipos como Plus Ultra (debutó en 2005 y logró más de 70 goles en tres campañas), Pavía (17 tantos en la 2009-2010) o Agrupación Deportiva Parador, donde milita actualmente y lleva 7 dianas este curso. También jugó en el Oriente, aunque por motivos laborales solamente disputó cuatro partidos.

Atrás queda ya su infancia, en la que pasaba todas las tardes dando patadas a un balón en las calles de su barrio y en la que comenzó a hacer sus pinitos en el fútbol en el Fus de Rabat, equipo que ahora está en la máxima categoría marroquí. Allí estuvo Radu desde los 9 a los 17 años, logrando tres ligas y varios trofeos de máximo goleador y mejor jugador. También fue sexto en un torneo internacional de clubes disputado en Francia en el año 1998.

“Mis padres me traían siempre muchos juguetes, pero yo buscaba entre ellos un balón. Si no lo veía me cabreaba”, admite entre risas Radu, que siempre ha tenido muy claro que lo suyo era jugar a este deporte y asegura que “en el fútbol no veo nada difícil. No me da miedo este deporte, es lo que me gusta, pero se necesita mucha ayuda para poder llegar lejos. Yo no pierdo la ilusión a pesar de mi edad y seguiré luchando para intentar llegar lejos”.Claro está que no es un camino de rosas la senda para alcanzar la gloria en el mundo del balompié. Se sufre, y mucho. Radu tuvo que dejar a su familia y venir a tierras almerienses para buscarse la vida y empezar de cero. “Siempre echas de menos a tu familia y amigos, pero he tenido la suerte de acostumbrarme rápido a estar viviendo aquí y he conocido muchos amigos que son como mi familia. Ahora lo peor para mí es la crisis”, comenta el marroquí.

El delantero logró legalizarse en España un año después de venir gracias a su trabajo, aunque ahora es otra de las cientos de víctimas de la mala situación económica. Su único ingreso mensual, con el que debe pagar el alquiler del piso que comparte con dos compañeros, es lo poco que le paga el humilde equipo roquetero. Aún así, Radu aguanta el tirón y espera su oportunidad. La ilusión despierta el empeño, pero solamente la paciencia lo termina.






Pretendido por equipos como el Real Mallorca

Radu ha probado suerte en conocidos equipos de Francia y España, pero el no tener un representante y el no tener ficha de profesional, le cerró las puertas en todos. Hizo las pruebas en la UD Almería, pero no logró entrar. Pocos clubes pagarían por el documento anteriormente citado de un jugador que rondaba ya por los 23 años de edad. El marroquí era y es consciente de su difícil situación a la hora de pensar en un futuro fructífero en el fútbol dadas las circunstancias, aunque nunca se ha rendido y confiesa que va a por todas. Ahora no le importa la categoría en la que juegue el equipo que se interese por él, juega para sobrevivir, en el lugar donde mejor le paguen. Por él se interesaron varios equipos de Tercera y un ojeador del Real Mallorca cuando jugaba en el Pavía, pero se encontró muy solo.


Por Francisco Gabriel Luque Ramírez

Fotografías: Fran Leonardo

(Publicado en Diario de Almería)