Centenares de personas se dieron cita en la tarde y noche de ayer en la Plaza del Educador (Plaza de La Leche) para expresar su malestar ante la forma de actuar de nuestros políticos, a los que se les pidió una DEMOCRACIA REAL. Es curioso que no muy lejos de allí, calle arriba y calle abajo, PSOE y PP centraran la atención de todos los medios de comunicación. Mientras personas de todas las edades y condiciones (políticas, sociales, sexuales o religiosas) se unían en mi mismo grito por una revolución pacífica hacia un mundo mejor y más justo para todos, otras aplaudían los desalmados discursos baratos de Juan Carlos Usero y Luis Rogelio Rodríguez-Comendador (también respetables).
Personas mayores regalaban simbólicas canciones de la transición a los más jóvenes desde un micrófono anónimo y luego los chavales mostraban, a los que vivieron la época de la canción protesta, las últimas tendencias musicales del momento. Estudiantes, obreros, profesores, médicos, fotógrafos y taxistas demostraron al aire libre lo que verdaderamente significa una democracia, dejando en evidencia al palabrerío sin sentido de los políticos que pidieron, casi por favor, el voto este domingo para no abandonar su cómodo sillón. Tras el Mayo de 1968 llega el Mayo de 2011. El pueblo ha despertado y pide con fuerza que se le escuche. Ahora lo que hace falta es que los medios de comunicación digan la verdad, dediquen toda la atención que se merece esta llamada Spanish Revolution, que ya se ha extendido a medio mundo, y dejen de venderse a los políticos corruptos.
Los periódicos están vendidos, eso es una realidad que ya no sorprende a nadie. Los partidos utilizan nuestro dinero para lavar su imágen en las páginas de noticiarios que luego se las dan de ser referentes en la lucha por la libertad de expresión. La gente, al igual que en los políticos, ha dejado de creer en la información basura. La democracia ha dejado de representarse en los pomposos discursos de los poderosos, ya no existe en los titulares de los diarios almerienses. La democracia se habla en la calle y es el pueblo el que la está escribiendo, porque nosotros, hombres y mujeres libres, no nos vendemos.
(FOTOGRAFÍA: RAFAEL GONZÁLEZ)
Parece mentira que muchos periodistas no recuerden que antaño muchos de sus compañeros de profesión fueron fusilados por gritar y escribir palabras como libertad. Parece mentira que muchos sigan escribiendo por obligación lo que les dicen PP y PSOE en sus notas de prensa. Es indignante que los propios profesionales de la palabra censuren cosas que 'no conviene sacar'. Es esto lo que les hace complices de la corrupción y la injusticia social que sufrimos todos por culpa de empresarios, políticos y banqueros. Las personas que anoche se manifestaron pacíficamente hicieron gala del nombre la plaza, dieron una lección de EDUCACIÓN a todo el mundo.Son estas las personas que deben ocupar las portadas, que merecen las entrevistas más extensas y las que, tarde o temprano, lograran lo que todos queremos, una democracia honesta sin corruptos ni clasistas.
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