La eterna espera

La eterna espera

viernes, 28 de enero de 2011

La calle habla


                                  (Fotografía: Hosny Mubarak, agencia EFE)


Los jóvenes estudiantes de países como Francia, Italia o Grecia no cesan en su grito de lucha. La juventud de gran parte de Europa alza su voz ante la tiranía y los errores de los numerosos políticos corruptos que hoy en día están insultando a todos aquellos que dieron su vida hace muchos años para que hoy, todos nosotros, seamos libres y tengamos muchos de los privilegios que en aquella época tantas lágrimas y tanta sangre costaron conseguir. En la actualidad nos venden que todo está hecho, que hemos llegado al punto del máximo bienestar, pero eso no es para nada cierto. Los políticos siguen manejándonos a su antojo, utilizando nuestro dinero (el público) para darse un homenaje cada mediodía en los mejores restaurantes, a los que llegan en sus coches de lujo, también pagados por el pueblo. Continúan alardeando de sus buenas obras como gobernantes, como si les tuviésemos que estar eternamente agradecidos, utilizando a la perfección su demagogia y su hipocresía. Esa con la que luego logran cazar los votos que los llevan al poder. Ellos, todos ellos, están logrando que en las calles más jóvenes de Europa se escuche ese murmullo que trae, salvando las distancias, los mejores recuerdos de aquel Mayo del 68. El pueblo parece desperezarse, aunque mucho ha tardado. Las numerosas decepciones y meteduras de patas que estos hombres encorbatados nos han mostrado ha hecho que la gente deje de creer en ellos, que deje de creer en un sistema que hace 40 años era soñado por muchos, pero que hoy convence a muy pocos. Esa forma en la que está estructurada nuestra sociedad, llega a su ocaso. Túnez y Egipto también se han dado cuenta de que lo 'podrido' frena el futuro, y creanme, señoras y señores, en el cambio está la evolución. Los jóvenes queremos un mundo sin clasismo, con un trabajo digno y en el que poder disfrutar de la libertad, ¿es esto mucho pedir? Parece ser que sí. Así nos va. Es hora de levantar la voz y decir ¡ya basta! Pensemos en un futuro mejor para todos y luchemos sin miedo. La calle en la que antes solamente se escuchaba nuestro silencio, ahora habla... 

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