La eterna espera

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sábado, 14 de abril de 2012

Manos almerienses miman la Alhambra

Susana Biosca forma parte del taller de cantería del monumento nacional · Cuida la estética del Patio de los Leones y salas como la de Abencerrajes o Dos Hermanas



Por Francisco G. Luque y María Zaragoza Tejada (Granada)

En la Alhambra de Granada hay notables referencias a la provincia de Almería, destacando la utilización de materiales como la piedra de Macael desde su construcción en el siglo XIII hasta el día de hoy, en el que el destino ha dejado la labor de mantener la imponente belleza del monumento en manos de una marmolista almeriense de 33 años de edad, Susana Biosca González. Desde 2008 forma parte de uno de los talleres de oficios más importantes de este Patrimonio de la Humanidad, el de cantería, desde el que se abarca todo lo relacionado con la artesanía de las salas y palacios con el objetivo de mantener su estética.
"Me siento muy orgullosa de poder intervenir en lugares con tanto valor histórico y artístico como la Sala de Abencerrajes, la de Dos Hermanas o el Patio de los Leones, entre muchos otros. Abarcamos todo lo relacionado con la piedra en el recinto. Hasta que no estás aquí no sabes la responsabilidad que tienes en tus manos al trabajar con piezas tan antiguas. Además, me encanta ver que muchos de los materiales que hay aquí son de mi tierra. Los musulmanes utilizaban siempre las piedras más cercanas, en este caso de Sierra Elvira, Alfacar y Macael. Nos sorprendería ver la cantidad de mármol almeriense que puede haber aquí, tanto en solería como en columnas y capiteles, tanto piezas originales como nuevas. Habría que hacer un examen exhaustivo de todo. Mi trabajo aquí es mantener la estética de cada pieza, fuente o lugar que sea de piedra", comenta Susana Biosca.


Sus raíces almerienses y su formación y trayectoria laboral en la Comarca del Almanzora no pasa desapercibido para sus compañeros. "Aquí estoy aprendiendo a trabajar de otra forma, cada día me enseñan cosas nuevas mi compañeros. Alguna vez me han dicho que se nota que vengo de Macael, por la forma tan especial de trabajar que tengo", dice entre risas la marmolista almeriense.

En las últimas semanas su trabajo se está centrando en una de las zonas más conocidas y fotografiadas de la Alhambra por los cientos de turistas que la visitan cada día, el Patio de los Leones, cuya cara final, en lo referente al aspecto que tendrá el entorno que rodea a la famosa fuente, sigue siendo toda una incógnita. "Se estudiaba si poner toda la solería de mármol o rodearla de jardines, pero creo que se podrá ver un Patio de los Leones mucho más almeriense, espero, por su grano, consistencia y color. Ahora estamos limpiando y mejorando las losas de mármol blanco que ya estaban y son de Macael. La piedra original siempre se intenta mantener antes que cambiarla. Es una labor en la que debemos tener mucho cuidado, todo lo que se haga en una piedra es irreversible, al igual que cuando haces un tatuaje", finaliza.

 

De Fines a la ciudad italiana de Carrara

Con 18 años se matricula en la Escuela del Mármol de Andalucía y en su segundo curso aprovecha una beca para marcharse a Florencia y a la que es considerada una de las cunas de la piedra natural

Tras hacer el Bachillerato Artístico en la Escuela de Arte de Almería, Susana Biosca se marchó a Fines para especializarse como marmolista en la Escuela del Mármol de Andalucía, en la que estuvo dos años y en la que aprovechó una beca para seguir sus estudios y hacer prácticas en Florencia y en la que es considerada como una de las cunas mundiales del mármol, la ciudad italiana de Carrara. A su vuelta a tierras almerienses, empezó a trabajar para Félix Rubio en Macael, localidad en la que explotó su lado más artístico realizando esculturas y tallando piedras semipreciosas y figuras de arte etrusco.

Con 23 años encontró a su actual pareja en Fines y ambos se marcharon al municipio granadino de Dúrcal, en el que Biosca comenzó a trabajar en una fábrica de piezas de mármol y chimeneas. En Granada compaginó su faceta de tatuadora con la elaboración de escudos y bustos por encargo de particulares, además de pasar algunos meses de camarera e incluso marcharse a Francia para trabajar en la vendimia. La almeriense siempre ha sabido ganarse la vida y su esfuerzo fue premiado en octubre de 2008, cuando la llamaron para hacer una entrevista en la Alhambra.
"Ha supuesto un cambio en mi vida. Fue un sueño hecho realidad. Soy marmolista y aquí se trabaja la piedra de una forma manual, estoy en una fase más artística, requiere más paciencia y delicadeza. Estoy aprendiendo mucho. Además trabajamos in situ, todo el mundo te ve y te agradece el trabajo que haces. En Fines aprendí a trabajar con máquinas, que es necesario, pero hay que conservar siempre la talla artística, algo que no se aprende sino que llevas dentro, tienes que tener arte en las venas. En mis años en Macael el trabajo era más de producción. Son situaciones muy distintas", afirma Biosca.
Trabajar en un lugar como la Alhambra es un sueño hecho realidad para esta marmolista almeriense que no tiene entre sus planes dejar su trabajo en el monumento nacional granadino. "El siguiente paso sería emigrar fuera de España, pero mi sueño es jubilarme en la Alhambra. Por las mañanas es precioso caminar hacia el recinto, cuando no hay visitantes, poder pasar por lugares que pocas personas ven. El entorno en el que desarrollo mi profesión hace que me compense mucho más este trabajo", asegura.


 

Detalles que hacen referencia al poeta y dramaturgo Villaespesa


El poeta y dramaturgo almeriense Francisco Villaespesa (1877-1936) le dedica una placa al fundador de la Alhambra, que está ubicada nada más pasar la Puerta de las Granadas, a la derecha, y que dice: "A Alhamar, el varón más insigne de la Casa de NASAR, fundador de la Alhambra, porque subrepusiste los límites del Tiempo y del espacio haciendo palidecer todas las bellezas de la Naturaleza, al crear las maravillas de éste Alcázar, para ceñir de gloria y de inmortalidad las divinas sienes de la Ciudad inconfundible y única, recibe el homenaje conmovido de Granada y con él la admiración y respeto del Mundo, y el llanto de tus hijos desterrados que, aún en las soledades del destierro, a la luz de las estrellas sueñan con el Paraiso de tus estancias encantadas. No temas las injurias del Tiempo ni las veleidades de la Fortuna porque tu ardor desmesurado se eternizó en el portento de estos recintos. Podrán quedar ni aún las sombras de estos muros, pero su recuerdo será siempre imperecedero, como único refugio posible del sueño y del Arte. Y entonces el último ruiseñor que aliente sobre el Mundo fabrica su nido y entonará sus cánticos, como una despedida, entre las ruinas gloriosas de la Alhambra". Es la primera referencia almeriense que se encuentra en el monumento granadino. En el Jardín de los Adarves hay otra placa desde 1977 por el centenario del nacimiento del poeta de Laujar de Andarax


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